La chuchoca es el producto total de la molienda gruesa del maíz tierno (choclo), previamente cocido y secado al sol. Semejante a la sémola en color y textura, se diferencia de la polenta en que esta última es el producto de la molienda gruesa del maíz secado y descortezado.
Tras la cosecha de choclos se proceden a pelar y cocer en grandes recipientes. Los que no se consumen inmediatamente con mantequilla, pasan al secado al sol, generalmente en techos o superficies altas, para evitar la depredación por animales domésticos. Tras un tiempo el maíz queda seco, con una consistencia dura y quebradiza. Pasa entonces a la faena de desgranado que suele ser una actividad de otoño cuando no hay otros trabajos prioritarios. Viene entonces a la fase del molido el cual antiguamente se hacía molinos de piedra manual, por lo que no quedaba demasiado fino y por lo tanto con una contextura semi sólida en el momento de ser consumido en sopas o principalmente cazuelas de ave o cerdo. Actualmente se muele en modernos molinillos pero se le da una gradación media para que no quede muy molido.
Semejante a la sémola en color y textura, común en la cocina de los pueblos andinos de Argentina, Bolivia, Chile y Perú, se diferencia de la polenta en que esta es el producto de la molienda gruesa del maíz secado y descortezado.
En Chile se consume la Chuchoca un preparado similar a la polenta pero con un molido más grueso que le da una consistencia especial cuando está preparada.