La proteína presente en las almendras son altos en comparación con otros frutos secos como por ejemplo las castañas, las avellanas, las nueces, las nueces de macadamia, los anacardos o los piñones. Las almendras contienen entre un 20-25 % de proteínas. Por lo tanto, si queremos potenciar o aumentar la cantidad de proteínas en nuestra alimentación, la almendra es buena opción. Las proteínas son esenciales para nuestro organismo, ya que forman parte de la musculatura y los tejidos de todo nuestro organismo, así como aseguran el correcto funcionamiento y mantenimiento de órganos, tan importantes como por ejemplo el corazón o del cerebro y sus neuronas. Las almendras son excepcionalmente ricas en proteína. De hecho, contienen más proteína que la carne a igual cantidad de alimento ingerido. El problema es que nunca comemos tanta cantidad de almendras como de carne o huevos (de hecho, serían indigestas) pero son una fuente importante de proteínas en cualquier caso que no debemos descuidar.
Las almendras tienen alto contenido en grasas saludables, con un 40% de su contenido total. Estas grasas de la familia del aceite de oliva, contienen el 80% de ácido oleico, que es una grasa monoinsaturada muy sana, y muy buena para nuestro organismo por sus efectos benéficos en las arterias, que previenen enfermedades cardiovasculares y coronarias. Actúan, bloqueando la acumulación del colesterol en los vasos sanguíneos, evitando las obstrucciones o trombosis.
En la fruta del almendro también se encuentra grasa poliinsaturada en un 20% del total como ácido linoleico, que es un ácido graso primordial omega 6. Y también ácido linolénico, que es un ácido graso omega 3.
Habitualmente la encontramos en recetas dulces, aunque también podemos usarla en saladas. Como este tipo de harina no contiene gluten, es un ingrediente que suele estar presente en recetas sin gluten, como el pan, galletas, queques y otros.