No hay casa en la que falte el bicarbonato de sodio, comúnmente conocido como «bicarbonato». No obstante, su lugar suele estar en el armario de las medicinas, cuando por sus usos tradicionales tal vez debería encontrarse en muchos otros estantes. De hecho, es uno de los productos con mayor volumen de venta en farmacias, y no solo para hacer mezclas químicas.
La razón es que sus posibles utilidades van desde la cocina a la limpieza o incluso la cosmética y la higiene. A continuación te relatamos diez usos alternativos y curiosos que puedes dar a tu frasco de bicarbonato y que van más allá de tomártelo cuando tienes acidez de estómago para que neutralice los ardores que te produce el ácido clorhídrico de los jugos gástricos.
1. Conservar el color de las verduras en la cocción.
Por sus propiedades como sustancia alcalina, que reacciona con los ácidos produciendo agua y CO2, es muy útil para neutralizar el pH ácido que se produce durante la cocción de las hortalizas y que proporciona un ambiente ideal para la oxidación de productos que dan color a la verdura. El poder reductor del bicarbonato los protege; basta con verter una cucharadita en el agua.
2. Como levadura en repostería.
Precisamente la misma reacción de neutralización de los ácidos comentada, que es la que usamos cuando tenemos ardor, tiene aplicaciones en repostería. El eructo que soltamos cuando el bicarbonato nos hace efecto y nos quita el ardor, que no es más que el C02 liberado, puede sernos útil en un pastel cuya masa queremos que suba bien fuerte. Al fin y al cabo es el gas de la fermentación el que hace que la masa de harina sea esponjosa. Así, mezclaremos con la masa un par de cucharadas de yogurt -mejor si está caducado- con bicarbonato revuelto. De este modo el gas que produce el bicarbonato al neutralizar el ácido láctico del yogurt nos dará una buena levada.
3. Para corregir la acidez de la salsa de tomate
La salsa de tomate casera tiende a quedar un poco demasiado ácida, por lo que se precisa neutralizarla para mejorar su sabor. Algunas personas le añaden azúcar para disimular la acidez, pero es una idea más sana añadir una pizca de bicarbonato y remover para que se neutralicen los ácidos. De paso contribuimos a que la salsa dure más.
4. Recuperar yogures caducados
Este es un uso de ahorro curioso pero sencillo y práctico cuando tenemos una partida de yogurt que nos ha caducado en la nevera y queremos recuperarlos, ya que no pierden sus cualidades nutricionales por estar caducados. Simplemente bastará con mezclar bicarbonato como si fuera azúcar para que desaparezca la acidez. Con una pizca hay suficiente, evitando así que nos altere el sabor. Solo aplicar a yogures caducados que estén en buenas condiciones sanitarias y de conservación, por descontado.
5. Deshacer la cebolla picada
A muchas personas les molesta la textura de la cebolla en la tortilla de patatas, la textura de la cebolla en la tortilla de patatas, por ejemplo, aunque les gusta el sabor que le confiere. Una idea para evitarla es rallar la cebolla y dorarla en aceite añadiendo un pellizco de bicarbonato, que terminará por romper los tejidos de la cebolla, dejándola como una pasta uniforme.
6. Quitar manchas de los dientes
El uso blanqueador de los dientes es un uso que los dentistas siguen dándole al bicarbonato, si bien con cautela porque puede producir alergias en las encías y además resulta abrasivo, por lo que debe limitarse su empleo a un par de veces al mes. Basta con hacer una pasta con agua y ponerla en el cepillo para cepillarse adecuadamente. Notaremos una mejora en las manchas superficiales más recientes, aunque tampoco esperemos milagros.
7. Como desodorante
De nuevo su efecto neutralizante de ácidos puede ser útil para combatir el mal olor corporal en verano y en cualquier época del año, y evitar así los componentes más polémicos de los desodorantes. El bicarbnato neutraliza los ácidos volátiles producto de la fermentación por parte de las bacterias de la dermobiota, eliminando así malos olores. Basta con espolvorearnos la axila húmeda.
8. Eliminar humedades de las baldosas
El bicarbonato puede funcionar para eliminar el moho del baño de una forma sana y segura; nos referimos al que se sitúa en las juntas de yeso y es tremendamente resistente. Para ello nos bastará con hacer dos mezclas. La primera será de agua con vinagre y la segunda de tres partes de bicarbonato y una de agua oxigenada. Aplicaremos primero el agua avinagrada y dejaremos que empape el yeso. Luego pondremos la pasta con bicarbonato y frotaremos. Seguidamente pasaremos agua.
9. Para limpiar plata y oro
El bicarbonato también puede usarse para limpiar metales preciosos, especialmente oro y plata, ya que es un poderoso desincrustante. Se hace una pasta de agua y bicarbonato y con un cepillo de dientes se frota la mezcla sobre la superficie. Después se pasa un paño seco y quedarán brillantes, casi como el primer día.
10. Como desincrustante en hornos
Por la misma razón explicada en el apartado superior se utiliza espolvoreando la base de los hornos donde rezuman los jugos de carnes y verduras asadas tipo escalivada y dejan costra. Una vez espolvoreada, se aplica agua con un difusor, o salpicando, sobre la mezcla y se deja toda la noche. También se puede usar en microondas.